miércoles, 16 de octubre de 2013

La comunicación, clave para evitar traumas en el adolescente adoptado


comunicación
La psicóloga clínica Vinyet Mirabent ofreció en el Club Diario algunas claves de cómo afrontar la adolescencia de un hijo adoptado, una etapa ya difícil de por sí. En una conferencia organizada por la Associació Illes Balears d´Adopcions (AIBA) Mirabent subrayó que lo primero es recordar que cada ser humano «crece como una muñeca rusa y guarda en su interior al adolescente que fue», con lo que es preciso «conectar con ese adolescente para poder hacerlo después con los hijos». Partiendo de esa base, la doctora tranquilizó a los padres asistentes asegurándoles que la adolescencia de un niño adoptado puede ser compleja pero no por ello patológica. «Hay que estar preparado para afrontarla, sobre todo, con comunicación», remarcó.
Los problemas pueden comenzar cuando el niño fantasea con la posibilidad de tener la culpa del abandono, «porque lo que dejamos o abandonamos es aquello que no nos gusta, que es viejo, que no sirve», relató la psicóloga. Entonces el niño adoptado «se pregunta si es que tuvo la culpa de que le dejasen».
Los padres del adolescente adoptado han de ser conscientes de que ha habido otros padres antes, con lo que ese pequeño «ha vivido la experiencia del abandono, que provoca un duelo cuando se toma conciencia de ello», explicó la experta. Para Mirabent es importante tener en cuenta que el sentimiento de haber sido abandonado «provoca dolor y rabia» y crea en la persona «el peligro de un nuevo abandono en su vida, con la ansiedad que eso puede conllevar». La psicóloga lo ha visto en su consulta, cuando algunos pacientes vinculan la ruptura de una pareja con ellos con su condición de adoptados. «Es decir, no solo existe la pérdida sino la angustia de que pueda repetirse», aclaró.
Silencio, peligro
El adolescente adoptado comienza a hacerse preguntas en su mente que no siempre exterioriza, como si tendrá hermanos o cómo serán sus padres biológicos. El hecho de que no exteriorice las preguntas no quiere decir que todo vaya bien, sino puede que todo lo contrario. «Cuidado con el silencio del adolescente, no es normal que no pregunten sobre sus orígenes o sus dudas. Los tabúes están hechos de silencios», remarcó Mirabent.
Así, «como en todos los adolescentes», el silencio no es una buena señal y, aunque cueste, la psicóloga animó a los padres «a mostrar que están ahí, dispuestos a escuchar y no tanto a juzgar sus comportamientos o recriminarles que se encierren en su habitación».
«La adolescencia es una época inestable. Empiezas a crecer y sientes que no eres tú exactamente y eso se acentúa en el adolescente adoptado. Un niño etíope sabe que no le van a decir ´como te pareces a tu padre´ o ´tienes la nariz de la abuela´ aunque realmente sí se parezca en otros aspectos», explicó Mirabent, a la vez que mostraba ejemplos de pacientes en los que las dudas sobre su identidad, el ´¿quién soy yo?´ eran recurrentes.
Otros problemas que pueden aparecen en adoptados es el hecho de que las chicas sean fértiles cuando su madre adoptante no lo es o, relacionado, el adelanto de la pubertad en las niñas en adopciones internacionales, ya que en algunos países tropicales pueden tener el período a partir de los ocho años, con lo que los padres se ven en la tesitura «de intervenir con un tratamiento para retrasar el cambio», advirtió la experta.
Un tema nada baladí en el caso de las jóvenes adoptadas es que su canon de belleza no encaje con el de su país de adopción. «Una niña africana le preguntaba a su madre: ´¿yo soy guapa?´, ´¿lo sería en mi país?´ Es confuso porque tienen el color y el fenotipo de allí, la ´raza´ de allí, pero la etnia de aquí, sus referentes culturales son de aquí», subrayó la doctora. «He conocido a chavales etíopes que cuando entran en una discoteca con sus amigos solo a ellos les piden el carnet o los papeles. Por muy bien que lo hagáis como padres no se puede evitar ciertas cosas a los hijos», aseveró Mirabent, que recordó que para los niños de adopciones internacionales no es fácil ver el papel social, muchas veces marginal, que tienen las personas de su mismo origen.
La psicóloga insistió en que los padres hablen todos estos temas con sus hijos y, aunque no tengan soluciones para todo, ayuden a que esas dudas y fantasías sobre su origen no se enquisten. Una de las lecturas que más recomendó la experta durante la charla para guiar a los padres es ´Indómito y entrañable´, de J. A. Giménez.
Por su parte, Mercedes Prats, consellera de Bienestar Social, también presente en la charla, recordó que en Ibiza hay 63 familias a la espera de una adopción nacional y 53 pendientes de una internacional. En el acto también intervino Ramon Rotger, presidente de AIBA, que coincidió con Mirabent en que la información es clave para evitar conflictos y problemas futuros.
Fuente: diariodeibiza.es

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