sábado, 10 de agosto de 2013

CARTA DE DESPEDIDA DE UNA MADRE A SU HIJA DADA EN ADOPCIÓN

            A mediados de otoño de 2003, una adolescente embarazada, que vive acogida por su familia extensa, se presenta ante un Equipo de Intervención Socioeducativo de una de las unidades de los Servicios Sociales de Bilbao en compañía de su novio, algo mayor que ella, demandando ayuda. La educadora familiar inicia un trabajo socioeducativo en colaboración con un Servicio de Atención Psicosocial de una entidad especializada en protección infanto-juvenil y familiar y tras sopesar las diferentes alternativas, la menor decide dar en adopción a su hija de forma voluntaria y con la ayuda de su educadora redacta la siguiente carta de despedida.

(
Los nombres y algunos datos de la menor y su entorno familiar, así como datos que posibiliten su reconocimiento han sido modificados, manteniéndose los hechos principales).
La carta que refleja los hechos de forma fidedigna dice lo siguiente :

Carta de despedida de una Madre a su hija dada en adopción.

Hola cariño:

         Me llamo Natividad, aunque todo el mundo me llama Nati, tengo 16 años y vivo en Bilbao. Soy una de tus mamas y me gustaría darte esta carta como regalo en tu primer cumpleaños. Espero que quienes van a ser tu papá y tu mamá, te vayan contando lo que aquí pone cuando puedas entenderlo y que te la entreguen cuando sea el mejor momento.

          Te voy a contar un poco quién soy, cómo me entere de que vivías dentro de mi y por qué decidí que lo mejor era separarnos. Para mi, todavía ahora es difícil de entender, espero que tú si puedas hacerlo algún día.


          Mi madre, que se llamaba Asun, se marchó de casa al cumplir 20 años, con una amiga, a Burgos. Allí conoció a mi padre, Pedro, se enamoraron y al poco tiempo se quedó embarazada. A aunque ella sabía que no iban a poder cuidar de mi, siguió adelante con el embarazo. Cuando yo tenía 2 años, mi madre se separó por primera vez de mi padre, ya que él no nos trataba demasiado bien.


        Al poco tiempo mi madre le dio una segunda oportunidad y nos fuimos los tres a vivir a Calahorra (La Rioja), pero las palizas se repitieron y mi madre, sólo con lo puesto y conmigo en brazos, volvió a casa, a Bilbao para pedir a mis abuelos que cuidasen de nosotras. Yo no me acuerdo de casi nada de esta época, pero mi abuela suele decir que tenía tanta hambre que me comía los trozos grandes de pan duro a mordiscos. Me acuerdo de un abrigo muy grande, que siempre llevaba puesto mi madre, no se lo quitaba ni para dormir porque sino mi padre le quitaba el dinero, y cuando nos fuimos de casa sólo llevaba encima ese abrigo y a mi. Parecía una mujer muy fuerte.


         De los primeros años en Bilbao, me acuerdo de que mi madre tenía muchas amigas y me llevaba a bares con ella, allí me daban golosinas para comer y recuerdo que más de un día me quedaba dormida allí mismo. Era mi abuela quien se ocupaba de nosotras. Al poco tiempo de llegar, le diagnosticaron a mi madre una enfermedad mortal y que no iba a vivir más de seis meses. Aunque aguantó 7 años más.


        Cuando tenía 8 años, hice mi primera comunión, unos meses más tarde, cuando era invierno se murió.

        Mi abuela, que se llama Susana, es cocinera y fue ella quien estuvo allí hasta el ultimo momento. A mí, mi madre no me dejó verla en sus últimos momentos, porque decía que no quería que la recordara como estaba, sino como había sido.


       Mi madre se parecía mucho a mi físicamente y me mimaba quizá demasiado. Fue una luchadora pero tuvo mala suerte en la vida, aunque yo sé que siempre hizo todo lo que pudo para que yo estuviera bien.

       A mi padre nunca lo conocí y la verdad es que no tengo buena opinión de él. Aunque a veces pienso que es porque sólo me han hablado de él, quienes no le conocían. La información que tengo es que murió hace años, que quiso contactar conmigo pero mi madre no le dejó. Me gustaría saber quién fue y cómo era, quizá algún día busque a mi familia en La Rioja, porque quiera o no, era mi padre y si mi madre estuvo con él, algo bueno haría.


       Ahora estoy estudiando 1º de Bachillerato, por la rama de Sociales. Cuando acabe, me gustaría trabajar con niños. Lo que más me gusta es salir con mis amigos y oír música, imagino que cuando recibas esta carta y puedas leerla ya no estarán en las listas de éxitos, pero si puedes encontrarlo y te apetece, me gusta mucho Antonio Orozco y El Canto del Loco. Me gustaría poder decirte que leo, que voy al teatro, a pintar o cosas así, pero no es cierto, lo que si me gustaría es que tú las hicieras, que aprendieras muchas cosas y que puedas hacer todo lo que te propongas, si te pareces a mi lo conseguirás, porque dicen que soy muy cabezona, así que ya sabes, tú eres de las que no se asustarán

       Todavía no te he contado nada de quien junto conmigo, hizo posible que tú nacieras. Se llama Iker, tenía 19 años cuando te tuvimos, es alto y con unos ojos preciosos, es muy simpático y generoso. Iker tampoco ha tenido una vida fácil, su madre es cocinera como mi abuela, y su padre se dedica a hacer rescates en helicóptero. Sus padres se separaron hace mucho y él vive desde entonces con su madre, que está bastante desquiciada. Su padre no le hace demasiado caso porque como vive con las hijas de su nueva mujer, no tiene demasiado tiempo para él.

      Cuando nos enteramos de que ibas a nacer, estuvo todo el tiempo conmigo y me ayudo en lo que pudo. Ya no estamos juntos, quizá todo esto haya sido demasiado duro para los dos y vernos nos recordaba tanto a ti que no hemos podido continuar, aunque somos amigos.

       Iker y yo llevábamos 2 años juntos. Siempre tomamos precauciones, pero algo falló. Cuando volví de vacaciones a Bilbao en Septiembre de 2003, empiecé a notar que tenía el vientre un poco hinchado y por si acaso me hice una prueba de embarazo, que dio negativa. Pasó Octubre y Noviembre y el vientre parecía más hinchado, pero yo seguía sangrando todos los meses y me hice otra prueba que también dio negativa. A primeros de Diciembre me hice la tercera prueba y dio positivo. Yo no entendía nada, porque seguía teniendo mis reglas periódicamente.


      Pero era verdad, así que fui al centro de salud para que me dijeran de cuánto tiempo estaba embarazada. Cuando vino la enfermera para darme el resultado, vi su cara y sabía que algo raro estaba pasando, entré a la consulta y me dijo “¿querías saber de cuánto tiempo estabas no?, pues siéntate, porque sino te vas a caer de culo, no estás ni de dos ni de tres meses, esto es un parto inminente, vas a parir dentro de 2 semanas a lo sumo”.
       Yo no entendía nada, había tenido la regla todos estos meses, dos pruebas habían dado negativo y de repente tú estabas llamando a mi puerta … Se me cayó todo encima, pequeña, todo.
        No sabía qué hacer contigo, siento decirlo así, pero es que estaba muy perdida. No podía contar con mi familia, mi abuelo estaba muy enfermo y no se lo podía decir, mis tíos y tías no lo habrían entendido ni me habrían creído. Y mi abuela, que era la única que lo sabía, me dijo que era una decisión muy importante y que era yo la que tenía que decidir. Ella tampoco sabía como ayudarme e hizo lo mejor que pudo, respetar lo que yo decidiera y dejar que otra persona me ayudara. Iker también me decía que haríamos lo que yo decidiera, pero yo no sabía qué hacer y me sentía muy muy sola.


        Pensé y lloré y volví a pensar y a llorar y al final me decidí. Yo no iba a poder cuidarte como es debido, tampoco quería que te faltara un padre como a mí, ni que las dos malviviéramos si yo dejaba de estudiar y me ponía a trabajar. Sigo sin saber si lo he hecho bien o mal. Aunque creo que ha sido lo correcto, lo mejor para ti, aunque yo siga llorando y dudando. Pero estoy feliz porque sé que las personas con quienes estás, te van a querer tanto como yo y te van a cuidar mucho mejor de lo que yo habría lo podido hacer.


        Quiero que sepas que no estaba sola del todo, ha habido una persona, una educadora social, que aunque no era de mi familia, ha estado a mi lado y me ha apoyado en todo lo que he hecho, me ha ayudado a ver las alternativas, y me explico qué era lo de la adopción y cómo nos iba a afectar a ti y a mi. Es bueno tener alguien en quien confiar y que sabes que no te va a juzgar.


       Pero vamos a dejar las cosas tristes, que te voy a contar cómo naciste, princesa. Era 28 de Diciembre de 2003, el día de los Inocentes, muy acertado ¿verdad?. Era de noche, me llevaron al hospital mis tíos (a mi abuelo le dimos una excusa y lo creyó). Al principio todo el mundo me trató muy bien, hasta que supieron que te iba a ceder en adopción. Entonces todo cambió y me empezaron a tratar fatal. Nada más nacer, te pusieron encima de mi vientre, estabas húmeda y caliente, eras tan bonita y tan frágil … pero rápidamente te retiraron de mi. Apenas me dejaron verte y sólo pude estar contigo unos minutos el día que salí del hospital y porque me encaré a las enfermeras. Pude hacerte una foto, pero no me dejaron cogerte, ni siquiera eso, ni siquiera te dejaron el nombre que te puse, porque te puse un nombre ¿sabes?. Sé que te llaman Nerea, pero para mi siempre serás Iraide. (El nombre es vasco, pero viene de Hera, la Diosa de las mujeres y de la primavera, la época en que fuiste concebida).


       Seguiría hablándote durante horas, pero sé que no es posible. Lo que si me gustaría es decirles algo, a los que ya son tus papás:
       Hola a los dos, cuando nuestra hija nació era Navidad, pensé en vosotros, en qué tipo de personas seriáis; también pensé en lo mucho que debíais desear tener un hijo o una hija, pensé en todo el tiempo que habríais estado esperando, en todo el amor que tendríais guardado para
ella, en que sería el mejor regalo que la Navidad os habría dado nunca y, ¿sabéis?, estos pensamientos me ayudaron mucho a decidirme, de modo que gracias por estar ahí. Por favor, no la malcriéis, ella va a ser fuerte, lo sé, sólo necesitará vuestro apoyo y mucho mucho cariño. Y por favor, dadle esta carta, contádsela al principio como un cuento hasta que sea lo suficientemente mayor para entenderlo todo.
Por favor, dádsela, por mi y por ella.

         Cariño, espero que hagas caso a lo que te digan tu papá y tu mamá, ellos saben lo que es bueno para ti y son las personas que más te quieren en el mundo. Cuando seas más mayor, como yo ahora, confía en ellos, son los únicos que nunca te fallaran Sé una buena persona, o como dice alguien que conozco, un ser humano auténtico, utilizando la única libertad que tenemos, que es elegir en cada momento cuál es nuestro camino, pero también asumiendo las consecuencias de lo que vamos haciendo en ese caminar.

         Bueno princesa, me gustaría poder decirte hasta luego, pero no me quiero mentir, no sé si nos volveremos a encontrar, yo espero que sí. Quiero que sepas que en cuanto quieras yo estaré totalmente dispuesta y encantada de conocerte algún día, de poder charlar contigo, de ver en que persona te has convertido, de saber que todo esto ha merecido la pena y sobre todo de poder darte aquel beso que nos robaron.


 Hasta entonces, con cariño

  Tu primera madre”.




Carta publicada en la página web de Agintzari.
AGINTZARI es una Cooperativa de Iniciativa Social integrada en el sector de Servicios Socioeducativos, Psicosociales y de Consultoría Social. Tomada de la siguiente dirección:


http://www.forodelzocalo.cl/showthread.php?1696-Libros-textos-y-Cuentos-sobre-adopci%F3n/page3

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