domingo, 11 de agosto de 2013

ADOPCIÓN Y ETAPAS DEL DESARROLLO: LA ADOLESCENCIA




Justo cuando tus hijos están comenzando a descubrir los prodigios de la biología, sus cuerpos comienzan a cambiar. La adolescencia se considera una etapa dura tanto para los niños como para los padres. Los cambios físicos que señalan su paso de la niñez a la madurez sexual no siguen el mismo ritmo que su desarrollo emocional y mental. El comportamiento adolescente es de transición e inconstante: sus sentimientos son tentativos y mutantes.

Su tarea primordial es establecer su propia identidad, un proceso arduo, lento e intenso. En su naturaleza está cuestionarse todo y a todos, y en la de los padres, preocuparse por sus hijos. Por eso, una buena comunicación, por difícil que sea a veces, facilita el proceso.

La adolescencia es un período de búsqueda incesante. Dos aspectos vitales de su formación como individuos serán su elección de trabajo y de pareja. Los adolescentes buscan e imitan a sus modelos de comportamiento. Observan con ojos críticos a su familia, amigos, profesores y todos los héroes y antihéroes de la sociedad, sean estrellas del rock, actores o deportistas, sin olvidar a sus abuelos y los hermanos mayores de sus amigos. Idealizan y critican por igual a personas, ideas y conceptos religiosos. A menudo forman grupos muy cerrados con sus amigos y se muestran intolerantes a todos excluidos del mismo. Oscilan entre la crítica feroz hacia los demás- y hacia sí mismos. A veces rebosan autoconfianza para, poco después, hundirse en las simas más profundas de la desesperación acerca de sus habilidades y su éxito futuro.

Si la adolescencia supone una crisis de identidad en todos los jóvenes, es lógico que los adoptados se enfrenten a complicaciones adicionales, lo que algunos expertos han llamado “confusión genealógica”. El hecho de que los adoptados tengan varios padres despierta preguntas más complicadas ahora que su desarrollo intelectual ha madurado. La búsqueda de figuras con las que identificarse hace que  a menudo el adolescente adoptado idealice a sus padres biológicos, se sienta más interesado en su propia historia o quiera conocerles.

Todos los adolescentes adoptados luchan por integrar sus fantasías y metas de futuro con su verdadero potencial y su realidad, y los adoptados de otra raza o cultura (así como adolescentes con trastornos físicos o emocionales) se enfrentan a retos adicionales. Pueden sufrir la llamada “difusión de identidad”, es decir, sentimientos de inutilidad, fragmentación y alineación. Pueden mostrarse especialmente críticos con sus padres, y echarles un sinfín de cosas en cara. A menudo, o se vuelve más retraídos o, por el contrario, sienten la necesidad de salir a recorrer el mundo para encontrar su identidad.

Los adolescentes expresan a menudo estos sentimientos rebelándose contra las reglas de sus padres. Saber que tienen un origen diferente contribuye a su necesidad de definirse como seres autónomos. Según el Dr. Nickmann, “no se puede esperar que un niño adoptado sea conformista. Si lo es, será porque está inhibiendo parte importante de sí mismo para sentirse seguro o porque se siente culpable o responsable ante sus padres adoptivos”.

A tu hijo le ayudará saber que le entiendes y que le apoyas en su deseo de controlar su propia vida, aunque eso suponga que quiere volar solo durante una temporada. También es lógico pensar que, si aún es muy joven, se le puede pedir que espere hasta que pueda controlar su vida de forma autónoma.

A cualquier padre le hace falta un temple extraordinario y muchísima paciencia para aguantar los intensos silencios y los tempestuosos enfrentamientos con un adolescente confundido.

Los padres se sentirán a menudo tentados de escapar cuando sus hijos tengan rabietas más propias de un niño pequeño, pero será mejor mantener la calma y defender los valores que les has enseñado, e intentar mantener abiertos los canales de comunicación.


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