jueves, 27 de junio de 2013

EL PRIMER AÑO DE ADOPCIÓN



“El primer año de la adaptación es un camino de sorpresas. En ese período de conocimiento mutuo, los padres no dejamos de admirarnos al ver a la velocidad que nuestros pequeños acumulan aprendizajes y descubrimientos. Incluso en los momentos difíciles, si echamos la vista atrás no podemos dejar de sorprendernos con lo mucho que han aprendido desde el momento que llegaron.

A medida que se van aclimatando, les cambia la expresión de la cara y la mirada. La borrachera de novedades va convirtiéndose en un entorno familiar, donde pueden bajar el estado de guardia y relajarse. Con mucha frecuencia, aparecen entonces las primeras rabietas o ataques de furia.


Si tu hijo que perecía que se había adaptado desde el primer momento empieza a mostrar tristeza o enfado, no pienses que está retrocediendo. Muy al contrario, es un gran avance en sus adaptación: ahora que se siente más seguro a tu lado, puede por fin mostrar su malestar y sus miedos. Se atreve a explotar cuando está angustiado o cuando está frustrado porque las cosas no han salido como él quería. De esa manera, tienen la oportunidad de ayudarle a manejar sus sentimientos y aprender a recuperar la calma”.

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